Skins es muchísimo más que un culebrón sobre veinteañeros haciendo de adolescentes caprichosos (no me mires así Gossip Girl, que no te he nombrado). Skins es una serie rara, gran parte del tiempo es una comedia (no confundir con sitcom, no a estas alturas...) con un sentido del humor bastante peculiar, irónico y ácido, pero por momentos te sorprende con momentos de drama oscuro, yo diría obscuro que suena más fuerte, y con situaciones que rozan lo surrealista.
Su gran baza se encuentra en la variedad y profundidad de sus personajes, adolescentes (interpretados por adolescentes) urbanos, de clase media, con especial gusto por la fiesta y todo lo que esté restringido por la edad. Con capítulos centrados en cada uno de los protagonistas, nos van mostrando como se van adaptando a los importantes cambios que se aproximan en sus vidas y como se buscan la vida para convivir con las consecuencias de su, a veces, destructivo estilo de vida. Porque en Skins los adultos son personajes ridículos, patéticos y caricaturizados, un perfecto contraste que explica a la perfección la conducta de los jóvenes. Y ese es el mensaje de la serie, esta generación de jóvenes independientes es fruto de la decadencia de sus ejemplos a seguir. Más de uno se va a sentir pateado en la cara por los flashes de realismo.
Para los que no la vieron, les recomiendo que prueben esta serie, no es nada que puedan haber visto o que se puedan imaginar, es una serie única, con muchísima calidad, que solo se podría haber hecho en un canal no-BBC inglés. No, ni siquiera en HBO o Showtime, ya van a ver. No es una "serie de instituto" más, sus personajes valen muchísimo la pena y sus tramas son bastante más adultas de lo que parecen."
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